¡No olvide llevarse a casa sus propias reliquias!
Las reliquias son objetos que tienen una conexión física con los santos o con Nuestro Señor. Es una práctica Cristiana muy antigua tocar las reliquias con objetos de devoción, lo que las convierte en reliquias.
¿QUÉ SON LAS RELIQUIAS?
Las reliquias suelen dividirse en tres clases.
Las reliquias de primera clase son el cuerpo o fragmentos del cuerpo de un santo, como trozos de hueso o carne.
Las reliquias de segunda clase son algo que un santo poseía personalmente, como ropa o un libro (o fragmentos de esos objetos).
Las reliquias de tercera clase son aquellos objetos que un santo tocó o que han sido tocadas a una reliquia de primera, segunda o tercera clase de un santo.
“Cristo vendrá para ser glorificado en sus Santos”
(2 Tesalonicenses 1:10-11)
¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE LAS RELIQUIAS?
La Escritura enseña que Dios actúa poderosamente a través de las reliquias, especialmente en la sanación. Al repasar lo que dice la Escritura sobre las reliquias sagradas, uno se queda con la idea de que la sanación es lo que “hacen” las reliquias.
- Cuando el cadáver de un hombre tocó los huesos del profeta Eliseo, éste volvió a la vida y se puso de pie (2 Reyes 13:20-21). De hecho, tras su muerte, los huesos de Eliseo profetizaron (Eclesiástico 48:13-14).
- Una mujer fue curada de su hemorragia simplemente tocando el borde del manto de Jesús (Mateo 9:20-22). Ella no tocó a Jesús, sino su ropa, lo que bastó para la curación. Marcos va aún más lejos en su Evangelio al declarar que quien lo tocaba quedaba curado (Marcos 6:56).
- Los enfermos quedaban curados, y los malos espíritus eran expulsados de ellos, cuando se les ponían pañuelos o delantales tocados a Pablo (Hechos 19:11-12).
En cada uno de estos ejemplos, la causa de la sanación es Dios; las reliquias son un medio a través del cual Él actúa. En otras palabras, las reliquias no son mágicas. No contienen un poder propio, separado de Dios. Cualquier bien que se produzca a través de una reliquia es obra de Dios. Pero el hecho de que Dios elija utilizar las reliquias de los santos para obrar sanaciones y milagros nos indica que El quiere llamar nuestra atención sobre ellos como “modelos e intercesores” (Catecismo de la Iglesia Católica, 828). También revela Su intención de que las reliquias prefiguren la resurrección general; que un día los hijos fieles de Dios, los miembros de Su Cuerpo, no sólo reinarán con Él en la gloria, sino que a través de Él obrarán poderosamente:
“El Señor Jesucristo transformará nuestro cuerpo humilde para que sea semejante al suyo glorificado, por el poder que le capacita también para sujetar a sí mismo todas las cosas” (Filipenses 3:20-21).
Puedes hacer tus propias reliquias tocando un objeto con las reliquias. Después, ¡úsalas! Como indican las Escrituras anteriores, colócalas sobre los enfermos y pide que se curen. Si no has traído nada para tocar, visita la Mesa de recuerdos y recursos, donde podrás recoger diversos objetos de devoción (rosarios, medallas, estampas, escapularios, etc.).